Gestión Cultural

Imagen: Tokyo, Museo Fukagawa Edo, 2017

Museo de Arte Socialista. Sofía, BG.

Es complicado traducir el concepto de gestión cultural a todos las lenguas. La misma idea de gestión no tiene equivalentes paralelos en la mayoría de los lenguajes y las labores de un gestor no siempre son iguales dentro de todas las sociedades. El ejemplo más fácil de encontrar es en el idioma inglés en donde el gestor, en vez de generar y desarrollar proyectos, se convierte en administrador de tareas creadas por consenso (ENCATC, 2014).

La tarea de entender las labores del gestor cultural no se hace más fácil al clarificar el concepto en cualquier lengua utilizada. A pesar de eso, la idea más popular sobre las actividades que desarrolla tal profesional es la del “creador de ferias” (Mary Ann Littrell, 1999). Esto habla por supuesto del patrón de consumo de la sociedad a gran escala en donde la palabra “cultura” es el nombre de una mercancía que se vende solo en temporada ya sea en la forma de cine durante un festival, una gira de conciertos o una feria de literatura (Varenne, 2008). Esta visión limitada sobre la gestión cultural es el principal reto que debe enfrentarse cuando se necesita conectar a los productores con el mercado hacia el que podrían ofrecer sus creaciones. Pero para esto es necesario conocer quiénes son los productores que se cuentan dentro del campo de acción del “mercado cultural”.

La producción cultural se puede dividir en tres sectores. El primero que viene a la mente es el de los espectáculos y patrimonio cultural. La forma en que esta forma de producción se conecta con la sociedad es a través de una comunicación presencial. El público asiste al museo, al teatro, sala de conciertos, plaza principal o el sitio que contiene el valor artístico o cultural por el cual se desplazan las personas hacia ella. Aunque no es el tipo más popular de producción cultural, es el que está más comúnmente asociado a la idea de cultura. Esto se debe a que es una experiencia “exclusiva” algo que disfruta la mayoría de las personas que al sentirse “cultas” niegan su conocimiento de los conceptos de cultura. Con esto me refiero a que, aunque todos visiten el mismo sitio/espectáculo, se necesita conocimiento previo del valor de éste para poder “apreciarlo” por su valor artístico/cultural.

La forma más popular de producción cultural es aquella en la que existe distancia entre la creación de la obra y el público. Dentro de esta se encuentra el cine, radio, televisión, libros, música grabada y la prensa. Debido a que este tipo de producción es autosustentable (paga sus propios gastos) no se relaciona usualmente con la gestión cultural o con la “cultura” en esa forma que siempre ponemos entre comillas. El entrecomillado concepto no pareciera tener relación con las telenovelas y el fanatismo por cualquiera que sea el deporte favorito de la comunidad, la “cultura” debería ser oscura y artística o quizá “artistosa” pero seguramente no debería ser de todos los días; es de temporada como las fresas. Ese podría ser el punto de vista de un personaje “culto, serio y respetable”, pero el entretenimiento es cultura y los gestores culturales deben tener en cuenta las actividades de estos productores, sobre todo para proyectos que van dirigidos a grupos grandes de personas. Este tipo de producción tiene la ventaja de no requerir la asistencia presencial, además de tener la experiencia sobre cómo llegar a la mayoría del pueblo y de ésta manera encontrar el modo de entregar el mensaje que el gestor cultural tenga como tarea transmitir. En este caso, la labor de gestión es comparable a la de un productor. Después de diseñar el proyecto y la estructura de tareas, el trabajo del gestor es encontrar a aquellos que puedan cumplir con éstas en tiempo y sin salirse del presupuesto. “Simple”.

(¡Tantas comillas!)

El tercer grupo es híbrido ya que no requiere la presencia del auditorio y es sin embargo, interactivo. Internet. Modificar comportamientos dentro de la red es tan complicado como intentar teñir el mar. Todo está en transformación constante y resulta algo tan intimidante que la mayoría de las labores en este medio de producción se concentran en la promoción. Es de hecho tan difícil que no se han dado grandes pasos aún dentro de la gestión cultural utilizando al internet como medio de producción, que también es a la vez público y productor. Un ejemplo moderadamente exitoso fue una simple adaptación del microblogging que generó la plataforma Tumblr un sitio que aceptaba la promoción de contenido y generaba tendencias por saturación de temas. Un ejemplo mucho más exitoso es la plataforma YouTube que debido al mismo sistema de saturación impulsó a muchos creadores automotivados a poner su contenido en línea. La forma de trabajo de estas plataformas es similar a la de los medios masivos mencionados en el punto anterior ya que todo aquel que no crea contenido es simplemente un espectador a distancia, la mayor diferencia es que todo espectador tiene la capacidad de modificar y crear contenidos por lo que construir en internet es como edificar con gelatina, una tarea dominada por la inestabilidad.

Aunado a las diferentes formas de producción cultural, también hay acercamientos diferentes a la gestión que modifican el modo en que se vincula la audiencia con los productores. En diversas comunidades, los principales interesados en la gestión cultural son organizaciones públicas (Government Digital Service, 2014) (Koch, 1998) (Statistics Canada, 2012): el gobierno a través de ministerios, delegaciones o secretarías. Junto a estas organizaciones, diversas instituciones privadas cumplen las mismas funciones en forma de organizaciones no gubernamentales, o compañías productoras.

La promoción de productos culturales por parte del Estado es una herramienta para transformar la historia y de muchas maneras se ha utilizado siempre. El pretexto religioso que dio pie a las cruzadas, todos los movimientos imperiales junto a la instalación de las formas y costumbres de quien sea el elemento dominante, hasta la batalla entre el Realismo Socialista y el Expresionismo Abstracto durante la guerra fría (Stonor Saunders, 1995) (Cockroft, 1974), todos son ejemplos notables del momento cuando el gestor cultural se convierte en oficial de propaganda. Sin embargo, en la vida cotidiana de las regiones estables también hay usos menos escandalosos de la cultura y el arte para acercarse a grupos de interés (e.g. acercarse a los países desarrollados) así como alejarse de aquellos círculos que al gobierno en turno le parecen viciados (e.g. grupos religiosos, izquierdas, derechas). Estos usos suelen tener formas más sutiles y aplicaciones puntuales, mientras que el Estado Mexicano promueve el día de muertos hacia el exterior, el Estado Rumano prohibió a Fanfare Ciocărlia participar en un encuentro de música balcánica porque “Rumania no es balcánica” (Lynskey, 2006) (Schwietert, 2012).

A pesar de todo eso, el uso más frecuente de la cultura por parte del Estado es para mejorar la apariencia del gobierno en turno. “Cultura” es un concepto aceptado como positivo por la mayoría de la población por lo que cuando el gobernante invierte en elementos aceptados como educación, cultura, deporte, es un “buen gobernante” a los ojos de los que no se preguntan demasiado sobre las complicaciones de la administración pública (Ejea Mendoza, 2008) (González Torres, 2010).

Desde la perspectiva de las organizaciones privadas, la gestión cultural funciona mayormente como la promoción directa de productores sobre cualquiera de las tres formas de producción ya mencionadas. En este caso los productores de teatro y cine son una forma de gestor, en un modo extendido del concepto, ya que se encargan de poner frente a una audiencia el trabajo de diversos artistas; escritores, actores, coreógrafos, músicos y otros. Es más fácil entender la labor de un gestor cultural dentro de las organizaciones privadas ya que su alcance es menor en cuanto a acciones pero la distribución del producto de su trabajo puede ser mayor. Aquel que organiza giras de músicos pop tiene una tarea muy similar a aquel que promueva el arte popular de su región natal: está tratando de insertar un objeto cultural dentro de un nuevo público para que así, este producto, se convierta en una necesidad para los consumidores de las comunidades dentro de las cuales se ha trabajado.

Finalmente, el gestor cultural es curador, vendedor, administrador, experto en relaciones públicas y también instala ferias. Todo con el objetivo de llevar las creaciones de diversos actores culturales a públicos más amplios. Puede ser que el gestor busque nuevos elementos para insertar en alguna comunidad o que simplemente siga las instrucciones del ministerio de propaganda de algún obsoleto lugar. La tarea no es muy diferente, su objetivo será llevar diversas formas de cultura a diferentes grupos de gente.

Fuentes citadas

Cockroft, E. (10 de Junio, 1974). Abstract Expressionism, Weapon of the Cold War. Recuperado de: Michigan State University: https://www.msu.edu/course/ha/240/evacockroft.pdf

Ejea Mendoza, T. (Marzo,2008). La política cultural de México en los últimos años. Recuperado de: Universidad Autónoma Metropolitana: http://www.uam.mx/difusion/casadeltiempo/05_iv_mar_2008/casa_del_tiempo_eIV_num05-06_02_07.pdf

ENCATC. (11 de Junio, 2014). Mission. Recuperado de: ENCATC: http://www.encatc.org/pages/index.php?id=14

González Torres, A. (Mayo, 2010). La política cultural y sus reyertas. Recuperado de: Letras Libres: http://www.letraslibres.com/revista/convivio/la-politica-cultural-y-sus-reyertas

Government Digital Service. (1 de Abril, 2014). Creating a lasting legacy from the 2012 Olympic and Paralympic Games. Recuperado de: Gov.uk: https://www.gov.uk/government/policies/creating-a-lasting-legacy-from-the-2012-olympic-and-paralympic-games

Koch, C. (1998). The Contest for American Culture: A Leadership Case Study on The NEA and NEH Funding Crisis. Recuperado de: University of Pennsylvania: http://www.upenn.edu/pnc/ptkoch.html

Lynskey, D. (24 de Noviembre, 2006). There is no such thing as Gypsy music. Recuperado de: The guardian: http://www.theguardian.com/music/2006/nov/24/worldmusic

Mary Ann Littrell, M. A. (1999). Social Responsibility in the Global Market: Fair Trade of Cultural Products. Thousand Oaks: SAGE Publications.

Schwietert, S. (Director). (2012). Balkan Melody [Film].

Statistics Canada. (Abril, 2012). Government Expenditures on Culture. Recuperado de: Statistics Canada: http://www.statcan.gc.ca/pub/87f0001x/87f0001x2012001-eng.pdf

Stonor Saunders, F. (22 de Octubre, 1995). Modern art was CIA ‘weapon’. Recuperado de: The independent: http://www.independent.co.uk/news/world/modern-art-was-cia-weapon-1578808.html

Varenne, H. (Junio, 2008). The culture of CULTURE. Recuperado de: Department of International and Transcultural Studies, Teachers College, Columbia University: http://varenne.tc.columbia.edu/hv/clt/and/culture_def.html

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