Fundamentos del gusto.

Imagen: Arte Kitsch, Bucharest, 2014

Bastaría revisar el directorio de restaurantes de cualquier ciudad para encontrarse con un problema fundamental de la cultura. ¿Por qué si todos esos establecimientos ofrecen el mismo servicio no se han unificado en un solo gran comedero? El servicio que ofrecen todos es el de preparación de alimentos listos para ingerirse, pero cada uno indicará diferencias, enunciará que su establecimiento es el de mejor calidad, con mejores precios o sus productos son los de mejor gusto. Esto último se entiende sobre todo en el ámbito gastronómico, donde el gusto está directamente relacionado al fenómeno fisiológico por el que nuestro cuerpo, a través de las papilas gustativas, discierne los componentes de los objetos que están a punto de ingerirse. Pero entonces ¿por qué hay otros productos que pueden ser de buen o mal gusto? ¿Qué es el gusto en una sociedad?

Cuando un elemento diferente ingresa a un sistema de símbolos establecido, inicia siendo de «mal gusto» hasta que es repetido por la comunidad, de esa manera internalizado y aceptado como «buen gusto».

Las comunidades están limitadas en un espacio temporal y físico a pesar de la facilidad con la que se transportan mercancías en la actualidad. Esto no ha sido una constante histórica ni es aplicable para todos los rincones de la sociedad, por lo que también hay comunidades que se encuentran con una limitada disponibilidad de recursos. Estas dificultades han dado lugar a soluciones para cada uno de los problemas que se presentan; desde los básicos como habitación, vestido y sustento hasta algunos más complejos como necesidades profesionales, religiosas, artísticas, de representación y otras.  Cada comunidad creará elementos que formarán un lenguaje de signos culturales que será internalizado por sus miembros, lo que provocará que éstos se familiaricen con ellos y los utilicen para solucionar sus conflictos diarios. Ésta situación dará lugar a  la repetición de acciones, lo cual fortalece el vínculo entre el usuario y el símbolo en elementos tan relevantes como el lenguaje que utiliza. Tanto en su variante oficial como el dialecto preferido (Department of Psychology, Sapienza University of Rome, 2013); modos de comportamiento y dirección (Department of Neurobiology, The Weizmann Institute of Science, 2003) e incluso sus alimentos preferidos (Institute of Psychological Sciences, University of Leeds, 2013).

Frente al estímulo, cada individuo reacciona de diferente manera, algunos adoptarán las prácticas que ven repetidas en su entorno y las internalizarán hasta integrarlas en su propia definición de individualidad creando así al prototípico individuo conservador que ubica su comodidad en la repetición de lo que ya ha sido establecido. Por otra parte, aquellos que por cualquier situación en su historia de vida estén descontentos con la comunidad en la que viven intentarán desasociarse de sus prácticas comunes y encontraran la comodidad en las acciones que vayan en contra de la comunidad en que se encuentra, en particular aquellas que relacionan directamente con las fuentes de sus incomodidades. Éste es el prototípico rebelde.

La mayoría de los individuos nos encontramos oscilando en torno al centro de éstos extremos y actuamos diferentemente de acuerdo al símbolo en cuestión. Es por esto que aquello que denominamos “gusto” depende de los elementos que podamos repetir cómodamente y aquellos que sean antipáticos: hacia estos la única respuesta razonable es la rebelión, que puede tomar la forma de un levantamiento armado o preferir té en vez de café.

El gusto funciona de esa manera, seleccionando entre los elementos aquellos con los que nos identifiquemos y  que no nos hagan sentir alienados. Es por esto que muchos emigrantes buscan reacomodar el nuevo entorno en el que se encuentran de acuerdo a lo que recuerdan del sitio del que son originales. Interesantemente, esta es una actividad que se nota casi exclusivamente en los llamados “migrantes económicos” aquellos que han sido forzados a dejar su lugar de origen por la incapacidad de obtener ingresos suficientes para llevar una vida digna en los términos del mismo país de origen. Este grupo se caracteriza porque no acepta plenamente los modos del sitio al que se ha ido a trabajar. Muestra poco aprecio por sus formas culturales y expresiones individuales como la moda e incluso la gastronomía. Todos esos símbolos foráneos que no adquirió a una edad temprana por pertenecer a una comunidad en la que otros símbolos eran acostumbrados.

Esta repetición agrega valor a los símbolos de los que he hablado. Un ejemplo claro es el oro, que no es el metal menos común ni el más costoso, sin embargo sigue siendo el símbolo de la grandeza última, como en la época dorada de… cualquier tema del que se esté hablando. Seguramente existen metales más raros y más valiosos, pero es la falta de repetición de éstos como símbolos de supremacía lo que les ha restado el valor social que podrían de otra manera tener. Siguiendo el mismo camino, el valor de un símbolo depende del que se le otorgue dentro de una comunidad, pudiendo este variar si se le coloca dentro de otra. Así, muchos individuos en este planeta pueden comer carne de caballo sin problemas mientras que otros podrían encontrar el mismo plato como algo repugnante.

Finalmente, el gusto es el sistema con el que se califican los diferentes símbolos de las comunidades en concordancia con la imagen que cada individuo tiene de sí mismo. Si un símbolo tiene una resonancia armónica con la imagen interior del individuo entonces ese elemento le gustará. En cambio, si el elemento y la imagen interna son disonantes entonces eso creará un disgusto, o en su ampliación a la comunidad: eso le dará al símbolo una imagen de mal gusto.

Fuentes:

Department of Neurobiology, The Weizmann Institute of Science. (07 de 2003). Skill learning in mirror reading: how repetition determines acquisition. Obtenido de National Center for Biotechnology Information: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/12880920

Department of Psychology, Sapienza University of Rome. (2013). Interactive effects of age-of-acquisition and repetition priming in the lexical decision task. A multiple-loci account. Obtenido de National Center for Biotechnology Information: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23422658

Institute of Psychological Sciences, University of Leeds. (06 de 2013). Repetition counts: repeated exposure increases intake of a novel vegetable in UK pre-school children compared to flavour-flavour and flavour-nutrient learning. Obtenido de National Center for Biotechnology Information: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23110783

Sellek Daniel

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